El vendedor de tarjetas telefónicas

Hay tantas cosas que quisiera decirte pero que no tengo en mi boca,
Hay tantas cosas que quisiera saber, que salen de tu boca,
Hay tantas cosas que quisiera compartir.

Pero la verdad es que no quisiera ni oírte, ni decirte; todo lo que quiero oír y decir, por lo cual, ya no puedo verte.

No dañes la capa de ozono

Desde que empecé, a ver todo de una forma escatológica, no he dejado de tener visiones en cuanto al todo, y al verdadero final. He venido trabajando la idea de lo volátil que soy, tanto así que he dejado de pensar que soy polvo y por ello, en eso no me convertiré. Soy viento, soy gas, soy el producto de la madre tierra, ese espacio que hay entre la tierra y el oro negro. Realmente arrastro polvo, y al encontrarme con otros vientos todo se convierte en un huracán, un torbellino, o una tormenta, que dura poco tiempo, y a su paso sólo deja destrozos. Pero nadie puede negar la calma que queda. Realmente puedo avivar el fuego solo para generar más combustión, y puedo a su vez crear una explosión tan grande como el planeta mismo. Puedo alterar las mareas.

Pero soy parte fundamental de este planeta, para que no seas quemado en las fosas irradiantes de nuestra estrella infernal, y así puedas apreciarla cada día, y sentir como poco a poco va marcando la hora de tu final.

Solo soy gas.